Por Susana Lopez, Lic. En Ciencias Políticas.

El 17 de octubre significo para el Peronismo algo más que una fecha, es considerado el nacimiento del Partido y uno de los momentos más importante de la historia política.

Esa Gran movilización popular concentrada en la Plaza de Mayo realizada en 1945 con el objetivo de exigir la liberación del coronel Juan Domingo Perón, por aquel entonces Secretario de Trabajo y Previsión, fue el escenario donde se va a pronunciar unos de sus discursos más emblemáticos desde el balcón de la Casa Rosada a esa multitud incondicional que pedía por su líder.

Perón logro interpretar ese movimiento colectivo como el renacimiento de una conciencia de los trabajadores, considerándolo como lo único que puede hacer grande a la Patria», manifestó en el inicio de su discurso: «Que sea esa unidad indestructible e infinita para que nuestro pueblo no solamente posea la felicidad, sino que también sepa dignamente defenderla».

Perón les ofrecía algo más que DERECHOS Laborales a los trabajadores, les ofrecía Participación Política, ese contacto con los dirigentes partidarios, el 17 de octubre resulta el mejor ejemplo de este nuevo cambio en la dinámica política nunca antes visto. No solo fue el VOTO sino también la MILITANCIA.

El movimiento peronista excedió a la organización partidaria, no solo se trataba de competir por los votos sino se instaló casi como una forma de vida para sus seguidores, estaba presente con sus ideas y símbolos, en el trabajo, la escuela, en la vida familiar, había permeado las diferentes esferas sociales.La aparición pública de su esposa EVITA, como le decía el pueblo, ayudo a fortalecer la identidad del movimiento, mostro siempre un fuerte compromiso con los sectores más débiles de la sociedad.

Uno de sus propósitos principales fue lograr la igualdad política permitiendo la irrupción de la mujer en la misma.En términos del filósofo francés Bernad Manin (1997) actualmente los partidos políticos atraviesan una crisis de representación, la característica predominante de esta fue el aparente ensanchamiento entre la brecha gobernantes-gobernados, dando paso a la personalización política como resultado de dicha crisis.

En este sentido, la personalización se vuelve un “factor que contribuye a la democracia dado que genera el interés de los ciudadanos”, “el representante decide su voto por convicciones privadas y no por compromisos hechos fuera del parlamento”.

Las cualidades personales de los candidatos se erigen como factor fundamental a la hora de la elección de los representantes. En este sentido, los votantes basan su elección ya no en el partido político sino en la persona particular u otras preferencias.

Esto explicaría, en gran parte, la enorme volatilidad electoral y la aparición de los outsider, que serían estos personajes que incursionan en política partiendo de un prestigio acumulado fuera de ella.

Según la clasificación de modelos de partidos enunciadas por el politólogo francés Maurice Duverger (1951) el peronismo se encuadra dentro de los partidos de masas.

En la actualidad la sociedad global nos muestra una transformación partidaria, por un lado los Partidos “Atrapatodo” o Escoba, propuesta por el politólogo Otto Kirchheimer (1966) , y lo retoma el politólogo italiano Angelo Panebianco (1995) en la década de los 90, denominándolo Profesional Electoral.

Los mismos reducen su expresión ideológica, su burocracia interna, conquistando a un electorado indeciso a través de los medios de comunicación.

A su vez en la década de los 70 surgen los denominados Partidos Cartel, cuyo referente es Katz Mair en 1997 , vislumbra un electorado volátil y desarticulado donde los Partidos ya no representan a la sociedad sino son mediadores con el Estado, siendo subvencionados por este.

Según la opinión de algunos teóricos sociales la época de los partidos fuertes estaría llegando a su fin. Nos cabe el interrogante ¿hacia dónde van los partidos políticos? ¿Cuál es su futuro?, A mi entender deben adaptarse a los cambios actuales como la incorporación de la tecnología, la desaparición de la sociedad salarial, y pensar los Derechos Sociales no atados al empleo formal sino a la condición de ciudadanía.

Hoy debemos brindarle a la sociedad nuevas propuestas y canalizar de sus demandas sociales, generar espacio de escucha, al cambiar las relaciones entre el Estado y la sociedad, se necesitan verdaderos dirigentes y nuevos liderazgos políticos que aboguen por el bien común y la mejora de la sociedad en su conjunto.